martes, 1 de febrero de 2011

Danzas del litoral en Cosquín: Un balance positivo




“Para cualquier entrerriano o habitante de las  provincias del litoral no es demasiado difícil bailar un chamamé, una chamarrita, un valseado, o un shotis, incluso sin saber bailarlo alguna vez escuchó un tanguito montielero y por ser una danza regional se le anima en la pista. Pero para quienes no pertenecen  a nuestra región cultural, les resulta difícil bailar y mucho más identificar auditivamente estos ritmos”, explicó la profesora Caludia García que junto a su colega Eduardo Flores tuvieron por segundo año consecutivo, el dictado de los talleres de Danzas del Litoral en el marco de las actividades culturales que se realizaron en el 51º Festival Nacional de Folclore de Cosquín.
“El Festival de la plaza del folclore es sólo una parte de lo que es Cosquín en todo su esplendor, ese es el Show para la televisión, pero mientras eso ocurre están las peñas, que son muchísimas y tiene la representación más puras de las provincias. Por allí pasan cientos de artistas que aun no han logrado un reconocimiento masivo popular y también los consagrados. Durante el día están las ferias de artesanos, la feria del libro, el encuentro de poetas de Latinoamérica, el encuentro del hombre, el ateneo cultural, los espectáculos callejeros, los talleres culturales que convocan a cientos de personas que vienen en búsqueda de aprender de mano de los cultores de cada región las características en danzas, tejidos, alfarería e idiomas”, explicaron los profesores.
“Es en estos lugares es donde se encuentra la autenticidad y la defensa de la cultura que debe mantener su raíz, esto no quiere decir que no innovemos, el folclore es la sabiduría popular y está en continuo cambio, pero cada año en estos espacios nos encontramos profesores y alumnos, gente común que defiende nuestra cultura popular a reflexionar sobre los avances del mercado, que transfigura todo en pro de nada. Pues es importante que se piense cuando hacemos cambios sobre la sabiduría del pueblo, para qué lo hacemos. Si es para hacer una puesta con música folclórica pero con nada de la esencia de nuestras danzas, es quizá para pensarlo mejor ¿no?. Bueno por ahí la confluencia en Cosquín, que es la meca del folclore, para reflexionar sobre estas cosas pone un condimento especial a los talleres en donde intentamos transmitir que no todo es show, pues detrás de cada danza hay una historia de gente, de lugares, sabores, monte, agua, colores; solo teniendo en cuenta todo esto se puede acceder a comprender la cultura de las diferentes regiones y si no podemos ir al sitio a investigar y conocer cómo es, por lo menos estar con profesores, investigadores que puedan transmitir sus experiencias en el dictado de cursos o talleres. Esto es lo que venimos haciendo desde hace años y esto es lo que hacemos en Cosquín, solo un pequeño aporte a la danza y la cultura de nuestra gente del litoral”.
“El balance de este año es sumamente positivo, hubo mucha gente que pasó por el taller, mucha gente que se emocionó cuando contábamos anécdotas o historias de las danzas y del rescate que hicimos. Pero sobre todas las cosas, recepción y la sorpresa que la gente se lleva al darse cuenta de la riqueza de ritmos que tiene cada rincón de nuestro país. Principalmente cuando ven que el chamamé no es una música o danza para representar borrachos o solo corridas arriba de un escenario”, finalizaron los profesores Claudia García y Eduardo Flores, co autores del libro “El Chamamé se baila así”.         

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