sábado, 5 de diciembre de 2015

Exposición en el "I Congreso de la Nación Chamamecera" en Corrientes

Investigación y enseñanza del Chamamé Danza
Teniendo como objetivo principal el rescate, difusión y resguardo de las raíces tradicionales de los diferentes estilos de chamamé observados en la danza, se propone la enseñanza de pasos tradicionales basados en la observación y rescate “en campo”, de las herencias ancestrales que se ven ejecutadas a través del cuerpo, posicionada como “el relator” de las identidades consolidadas social y culturalmente.
Nuestra danza, ha sido resguardada por generaciones enteras a lo largo y ancho de las provincias del NEA. Esto tuvo un doble funcionamiento: por un lado el resguardo de tradiciones puras heredadas y por el otro, al no estar categorizadas ni estandarizadas en pasos o coreografías,  una idea del “todo vale” en su interpretación para los observadores externos al NEA y Santa Fe.
La danza como mediadoras de los espacios: la idea de ver a la danza como el vinculante comunicacional universal entre las personas que comparten un tiempo-espacio determinado, como un ritual en el que se lee: idiosincrasia, sabiduría, legitimaciones sociales, idioma corporal, status quo, religiosidad, conquista, dolor. En síntesis, Chamamé en Danza como el momento legitimado para que el cuerpo se exprese en toda su dimensión, espontaneidad y conexión con otro u otros, que compartirán ese mismo espacio-tiempo la interpretación única.  
Nuestra danza es paisaje:    nuestra interpretación corporal de la danza chamamecera, será una radiografía del paisaje que nos vio crecer. No baila igual un habitante de los Esteros, que el habitante del Monte. No baila igual el que vive a la Costa del Paraná que el que habita en la costa del Uruguay.
 Cambiarán los pasos en su interpretación, serán otras las tomas de mano, el abrazo y la vestimenta. Otra forma de moverse en el espacio y de pararse, nuestro paisaje nos habita y nosotros somos sus intérpretes, la danza permitirá dar ese espacio de “libertad” al regocijo del festejo y del encuentro que hará brillar los entornos geográficos.
Se puede enseñar a sentir el baile del chamamé: dijimos que en nuestra danza está habitada por el sentimiento, por nuestros ancestros y la sabiduría popular, por el paisaje. Podemos enseñar a bailar “con o sin” esos elementos. De todas maneras debemos hacer escuela de nuestra danza, pues sin ello, tenemos la responsabilidad ineludible de haber dejado librado a la interpretación de otros que nada o muy poco saben de nuestra historia ancestral y nuestro ñande reko. Si nos cerramos y encerramos perdemos la posibilidad de llevar la tradición rica y ancestral de nuestra tierra y dejamos librado a otros la posibilidad de estandarización para su comprensión. No podremos enseñar sentimientos, pero sí a amar con la pasión que ofrezcamos la enseñanza, lo que nosotros hacemos y sentimos cuando bailamos un chamamé y eso es una urgencia, un deber y una obligación como habitantes de la Nación Chamamecera.
Investigaciones sumadas: Es  necesario que nos sumemos con las teorías y las prácticas para compilar toda nuestra riqueza interpretativa y nuestros puntos de vista. Ayudarnos a crecer y aportar para que nuestra nación chamamecera nos hable en el mismo idioma y nos consagre como el devenir de una historia que no deja de reformularse en cada encuentro chamamecero. 
La cultura Oral: como ancestralmente nos atraviesa la oralidad guaranítica, el relato de nuestras tradiciones parece seguir atándose a esas características, pero esta riqueza que habita en la sabiduría popular necesita registro más allá de las letras de las canciones y la poesía. Hay un mundo que no ha sido escrito y más allá de la resistencia de ciertos sectores más ortodoxos que piensan que la escritura desnaturalizará las expresividad y el sentimiento, será lo único que la rescatará de la muerte súbita y la deformación. Un cultura o tradición no se aprende pasando una semana por diferentes lugares y rescatando algunos relatos cargados de subjetividades por más autorizados que aparezcan. La investigación debe sustentarse en la diversificación de los relatos y el contraste entre documentación, relatos, realidad actual. Es armar un rompecabezas donde faltarán algunas piezas pero nos permitirá acercarnos a algunas teorías. Las transcripciones de historias, recetas, creencias, vocablos, rezos, invocaciones nos permitirá rastrear sus vinculaciones con la colonización, los Jesuítas/Franciscanos, los africanos, el guaraní y el proceso de mixturización y colaboración entre las culturas. Las danzas, la música, la palabra cantada, en fin todas las artes de este universo folclórico nos darán pistas para entender algunas cosas que nos hacen ser y estar tal en nuestra idiosincrasia.